Está lloviznando y siento olor a asado. Tengo frente a mí la computadora, apoyada sobre la mesita y estoy sentada sobre el puff del sillón. Esta ventana que tengo detrás de la compu, no tiene mosquitero, así que es la puerta de entrada de las moscas de este mediodía.
El cielo está nublado. Veo tres colores: blanco, gris y un poquito de celeste. Pareciera como si a la luna le hubieran hecho zoom y pudiera verla bien de cerca. ¿Será que cuando está nublado, en realidad es la luna que reposa bien cerca de nuestras cabezas?
Me acabo de dar cuenta que ayer nos olvidamos de sacar el broche del tendal. Antes dejábamos los broches puestos en la soga, pero nos dimos cuenta que por el sol, se secan y se rompen muy fácilmente. Así que decidimos sacarlos cada vez que juntamos la ropa. Pero se ve que la última vez que lavamos, al levantar lo que estaba seco, nos olvidamos de juntar ese broche. El broche es rojo, bah medio anaranjado ya, y está agarrado del agujerito más chiquito.
Otra cosa que reposa frente a mí es un falso cedrón. No se si llama así. Pero así nos dijo el tío de él. Dice que no es cedrón -nosotros pensábamos que si lo era-. Está todo crecido desprolijamente, parecen mis pelos cuando me levanto luego de una noche de acostarme con el pelo mojado. Algunas veces hemos usado algunas hojitas de esa planta para agregarle al mate.
Se escuchan los loros, las palomas, los bentenveos, el eco de algunos autos que pasan por la ruta y la risa de él. Que se ve que está mirando un video en el sillón del living. Y la bocina del tren. Por lo que parece va para Bahía.
Esta es la primera vez que escribo en este espacio. Siempre lo hago en el SUM. Pero ahora estoy en la habitación. Ayer limpié el piso y hoy está hermoso para andar en patas. El piso es de madera y no sé por qué me gusta más que el del SUM. En el resto de la casa tenemos pisos de cerámica. Y vi el piso tan limpio, y tan despejado el camino que me dieron ganas de sentarme a escribir acá. Y estaba por escribir otra cosa, pero decidí finalmente escribir para describir este pequeño instante.
Creo que le voy a dar final a este texto, pero sólo voy a agregar dos cosas más que acaban de aparecer:
Una pequeña arañita que se está metiendo debajo del marco de la ventana y el sonido de las ollas que viene de la casa de su mamá. Parece que allá es la hora de comer.
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