Enero me encuentra así.
El 2022 me encuentra acá.
Explorando cosas nuevas.
Jugando un poco más.
Estoy intentando conectarme más con mi lado artístico. Conectarme más con mi creatividad. Darle más espacio y tiempo a la magia creadora para que me habite, para que me llene, para que me expanda.
Me compré unas acuarelas.
Las más baratas que encontré.
No recuerdo haber usado acuarelas jamás. Aunque que seguro en el colegio sí.
Pero si así fue, ese recuerdo lo borré.
Me encontré con este tablero de acuarelas de doce colores con tanta incertidumbre y curiosidad, como si fuera la primera vez que las veía.
El paquetito me trajo de regalo un pincelito. Pero yo me compré otro.
Uno con punta redonda. Porque vi en Youtube que es mejor este tipo de pinceles.
Hoy me animé a usarlas.
Me animé a jugar.
A jugar más de lo que vengo jugando.
Y eso es lo que quiero hacer.
Parte de mis intenciones para este año tienen que ver con esto.
Con poder darme el permiso para jugar, para probar, para explorar sin buscar ningún resultado.
Sin buscar nada más que la experiencia.
Veremos cómo va.
Mientras dejo acá un pedacito de lo que pinté hoy. Inspirada en la boca de Z.
Comentarios
Publicar un comentario