Ir al contenido principal

¿Los sueños se cumplen?

 

Si te digo que sí, ¿me creés?

Y qué pasa si te digo que aunque ese sueño te parezca imposible, también se puede hacer realidad, ¿Me  seguirías creyendo?

Mirá a tu alrededor. Observá bien. ¿Cuántas cosas que están alrededor tuyo deseaste alguna vez tener?
En mi caso todo lo que tengo alrededor, en algún momento lo desee fuerte. Y por más inconformista que suene, sigo soñando y deseando más.

Uno de mis grandes sueños es poder tener algún día una casa entre las sierras. Donde pueda ver el sol salir cada mañana, asomándose entre tanta belleza. Donde al caminar pueda cruzarme con un arroyito o un río, y poner los piecitos ahí en una tarde de calor. 

Cada vez que la palabra sueño, viene a mí, pienso en: casa-sierras-río. Y la verdad es que también pienso en familia! 
Es un sueño que tengo hace mucho tiempo. Y si aún no lo concreté es porque me estoy dejando llevar por el fluir de la vida. Y porque además no le puse tiempo ni condiciones. Con esto me refiero a que confío que lo voy a lograr: no se ni cómo ni cuándo. Mientras tanto, disfruto y agradezco por todo lo que soy y tengo, que también fueron en algún momento grandes sueños.

💫Fluir con la vida💫

¿Cuánta resistencia ponemos ante el fluir de la vida? ¿Cuánta resistencia ponemos frente a los cambios?

Fluir con la vida implica estar atentos a las oportunidades.  Tomar a los "obstáculos" como pruebas que nos ponemos para confirmar si realmente estamos convencidos de querer eso. Y evitar resistirnos frente a los cambios.
Respecto a esto, creo que muchas veces sin darnos cuenta, creemos que los cambios son molestos e innecesarios. Sin poder ver que en realidad son fundamentales para acercarnos a lo que deseamos. 

Creo que los sueños se van materializando de a poco.
Pero ojo! Porque esto no quiere decir que no pueda ocurrir algo mágico y de pronto está todo más cerca de lo que creemos.
Yo por ejemplo, no descarto la posibilidad de que un día, alguien me llame y me diga: 
Maru, hay una casa que regalan en Córdoba, ¿La querés? ¡Está cerca de las sierras y el río! ¡Es toda tuya!

¿Parece loco, no? Pero que pasa si te digo que no? Que en realidad esto, nos parece una locura porque no nos han enseñado a soñar en grande. Porque sólo nos parece posible y alcanzable lo que nos dijeron que sería así.

En nuestra sociedad, es muy común escuchar que para lograr los sueños hay que hacer muuucho esfuerzo y sacrificio. Es por eso que cuando deseamos algo, nuestra mente sólo nos mostrará los caminos posibles que conoce para lograrlo. Y en base a eso lo que no es conocido, lo descarta. 

Por eso para mí una de las claves es estar atentos a las oportunidades que se nos van presentando, porque de esa forma podremos ver lo que la mente no nos podría mostrar por sí sola.


Yo confío

Yo creo que los sueños se cumplen aunque parezcan imposibles y más aún, si nos nacen del alma y son contributivos para nuestra evolución.  Confío en que las oportunidades aparecen si las habilitamos. Y habilitar implica dejar de querer controlarlo todo.

Creo que soñar, es lo que nos permite sentirnos más vivos. Y que cada quien puede tener cuantos sueños quiera. Que todo en algún momento llega, pero que debemos también disfrutar  y agradecer de todo lo que ya hemos logrado.

Así que para finalizar, quiero pedirte que no dejes de soñar. Soñá fuerte. Soñá grande. Soñá mucho, que para eso no hay límites! 

Por último, quiero regalarte un ejercicio que aprendí hace un tiempo y que nos ayuda a acercarnos a eso que deseamos. Es un ejercicio de visualización, pero te lo explico con detalles en el audio!
Te lo dejo acá: Visualización

Que lo disfrutes, con cariño
Maru 🌙




Comentarios

Entradas populares de este blog

Un romance oculto

Siento que tengo una especie de romance oculto con el papel. Me gusta mucho, lo muestro poco y cada día se me hace más difícil no exponerlo y gritar a los cuatro vientos que… ¡Ay! casi se me escapa. Digo que tengo un romance oculto con el papel, porque en realidad estoy sintiendo un enamoramiento muy de adolescentes. De repente me doy cuenta que cada vez que me encuentro cara a cara con él se me enciende el fuego interior y se me ocurren miles de ideas para ponerme a crear. Cuando estoy con él, todo fluye. Cuando estoy con él, todo pasa. Cuando estoy con él, mi energía creativa se potencia. Cuando estoy con él, me siento en libertad. Cuando estoy con él, el tiempo se detiene. Parece como si tuviera un poder superior que apenas nos encontramos y entramos en contacto todos los relojes del mundo se paran. En el papel puedo ponerle voz a mis deseos, a mis inquietudes, a mis dudas, a mis miedos, a mis vivencias. Puedo hacer y ser en libertad. No tengo que pedirle permiso para nada. Él me in...

12 días, 12 mañanas, 12 haikus

¿Podré escribir siete haikus en siete días? Con esta pregunta y con las ganas de retomar la escritura matutina que tan bien me hace, es que me lancé a hacer esta especie de desafío o reto.   La misión era simple. Cada mañana, al desayunar y antes de comenzar con mis actividades del día, me iba a sentar a intentar escribir un haiku por día. Sin mucha regla, más que el respetar el 5,7,5. Regla básica para construir haikus. Al llegar el día 7, me sentí con ganas de continuar. Y entonces extendí el desafío por 3 días más. Llegando a ser 10. Y al llegar el día 10, me dieron ganas de hacer más y los hice. Al día de hoy llevo escribiendo 12 haikus y estos son los que quiero compartirles porque son los que seleccioné crear un fanzine. Día 1 tomando mate mientras cantan pájaros volvió la calma Día 2 viento, humo y sol seductores aromas ¿Azhar o asado? Día 3 pan fresco y mate mariposas espejo un sol gigante Día 4 té de canela galletitas con dulce el tren ya pasó Día 5 nubes mentales la mosca...

Hubo todo

Hace mucho que no componía una canción. Si se puede llamar componer, a lo que acabo de hacer.  Anoche, mientras me duchaba, se me vinieron frases sueltas a la cabeza: Y hubo montañas y hubo ríos y hubo playas y hubo calles Se me venían estas frases y a medida que iban apareciendo yo las iba repitiendo en voz alta. Era como un diálogo entre mi cabeza y yo, que cada vez se hacía más largo y que de pronto se fue convirtiendo en una lista larga de “y hubo tal cosa y hubo tal otra…”  En un momento me pregunté, mientras me pasaba la esponja-guante por la axila derecha, si en realidad no se dice “hubieron calles, hubieron rutas”. No encontré una respuesta. Cuando me fui a acostar, me quedé pensando en esas frases y por un segundo dije las voy a anotar. Pero no lo hice. Confié en que no me las iba a olvidar y que tarde o temprano iban a volver. Esta mañana, mientras tomaba mate amargo, sentada frente a mi cuaderno, volvió. Volvió esta especie de poema que se había formado entre e...